Blog dedicado a la vida y la obra del escritor Edgar Allan Poe.


miércoles, 15 de mayo de 2013

Poe, las drogas y el alcohol

Fuente original: E. A. Poe Society of Baltimore. The mysterious death of Edgar Allan Poe
Traducción: Malvanegra

Poe y las drogas

El uso que Poe hizo de las drogas, para la mayoría, fue un simple recurso literario. En algunas de las historias más fantásticas de Poe, sus narradores admiten consumir opio, pero uno debería darse cuenta de que son esos narradores, y no el propio Poe quien consumen las drogas. Las historias de Poe están a menudo escritas en primera persona, y dado que fueron impresas bajo su nombre, muchos de sus lectores cayeron en el error de confundir el escritor real con el escritor ficticio. Esta incomprensible confusión comenzó con la publicación de los Cuentos de Poe, los cuales fueron catalogados en más de una ocasión como "las extrañas efusiones de un consumidor de opio". Aunque muchos se preguntaron si la imaginación de Poe estaba ensombrecida por las drogas, no parece que nadie lo haya acusado seriamente de consumirlas habitualmente a lo largo de su vida. Incluso el enemigo más amargo de Poe, el Dr. Thomas Dunn English admitió que "de haber tenido Poe el hábito de consumir opio cuando lo conocí, yo, como médico y hombre de observación, debería haberlo descubierto en sus frecuentes visitas a mi consulta, mis visitas a su casa, y nuestros encuentros en cualquier otro lugar. Sin embargo no vi signos de ello".

En 1884, el Dr. John Carter, que conoció y examinó a Poe, escribió a G. E. Woodberry: "Poe nunca consumió opio en ninguna situación de la que yo tenga constancia... nunca escuché ninguna alusión al respecto, y si él hubiese contraído el hábito, éste lo habría acompañado a Richmond". Siguiendo a este extracto de las palabras del Dr. Carter, Woodberry aporta su propia opinión: "Me inclino a pensar que Poe comenzó a tomar drogas en Baltimore, y que sus períodos de abstinencia de licor se acompañaron de consumo de opio..." Dado que nunca conoció a Poe, y además tampoco aporta pruebas que sustenten su opinión, las conjeturas de Woodberry no deberían tenerse en cuenta. Por desgracia, Hervey Allen citó por error las palabras de Woodberry como si fueran parte de la carta de John Carter en su biografía "Israfel. Vida y tiempos de Edgar Allan Poe". Este episodio nos sirve para ver cómo un experto competente puede cometer un simple pero embarazoso error. La implicación en este caso puede ser muy seria, puesto que muchos lectores aceptan lo que leen como cierto y son reacios a comprobar la verdad en las fuentes originales. El lector del Israfel de Allen se queda con la falsa impresión de que Poe fue etiquetado como un consumidor de opio por un testigo de primera mano con conocimientos médicos.

La única prueba de que Poe declarara utilizar opio se encuentra en una carta a Annie Richmond del 16 de noviembre de 1848. En una serie de frases inconexas, le habla a Mrs. Richmond sobre su intento de suicidio utilizando láudano. De ser cierto, su pérdida de conciencia antes de que pudiese tomar la dosis completa es un argumento a favor de que su cuerpo no estaba acostumbrado a la droga. También se puede pensar que el episodio entero es demasiado romántico como para no ser más que otra de las invenciones fantásticas de Poe, creada para impresionar a su amiga con su profunda desesperación.

Es lógico pensar que Poe realmente utilizó algo de medicación derivada del opio, ya que éste era un ingrediente farmacéutico bastante común en la época, pero eso es todo. Puede afirmarse con seguridad que Poe no era un drogadicto.

Poe y el alcohol

Desde un punto de vista puramente médico, debería ser justo decir que Poe era un alcohólico. Desgraciadamente, el uso común de este término lleva más allá de su significado estrictamente médico. Primero, sugiere que la vida de Poe fue una larga serie de juergas con alcohol, lo cual es cruel e inexacto. Segundo, esa afirmación es utilizada para descatalogar a Poe como escritor, como si sus poemas e historias fueran mejores o peores en función de sus hábitos personales. Es lógico decir que ninguna de las historias o poemas de Edgar fueron inspirados o escritos bajo la influencia del alcohol. La prueba de esta afirmación es evidente por sí misma. No es fácil imaginar una de las largas frases de Poe, fluidas y cuidadosamente construidas, elaborada bajo un estado que no sea la sobriedad. 

Debemos tener mucho cuidado al aceptar como cierto cualquier comentario sobre la afición de Poe a la bebida. Los enemigos de Poe, y otros que deberían saber más antes de hablar, con frecuencia atribuyeron a la bebida cualquier referencia a sus enfermedades. Aunque parece que más de una y dos copas pusieron a Poe muy enfermo, no es comprensible asumir que nunca estuvo enfermo de otras causas por otro lado más comunes. Además no deben contarse las repeticiones de un suceso único como si fueran independientes, por no mencionar cuestiones obvias a tener en cuenta, tales como el carácter de los testigos, la fiabilidad de la memoria del que nos cuenta las cosas o que los recuerdos fueron recogidos después de más de una década. Los testimonios de segunda mano tampoco deberían aceptarse.

Ciertamente, Poe bebió, y en ocasiones más de lo aconsejable para él, incluso tras haberse prometido a sí mismo mantenerse lejos del alcohol. También parece que el padre de Poe (David Poe, Jr.) y su hermano (Henry Poe) fueron grandes bebedores. El 10 de agosto de 1829 Poe le escribió a John Allan: "Henry está completamente entregado a la bebida y no puede ayudarse a sí mismo". Estos lazos familiares a la bebida podrían sugerir una predisposición genética, algo consistente con nuestro concepto actual del alcoholismo. Las repetidas, y frecuentemente fallidas, promesas de que dejaría de beber para siempre no son más que esa coletilla que nos recuerda al alcohólico.

Los flirteos de Poe con el alcohol, sin embargo, fueron intermitentes. Algunos días seguidos bebiendo, seguidos de meses e incluso años de abstinencia. En abril de 1841 Poe escribió al Dr. J. Evans Snodgrass defendiéndose de las acusaciones de W. E. Burton: "Soy moderado hasta la severidad...  en ningún momento de mi vida fui lo contrario... mi carácter sensible no podría soportar la excitación que preocupaba todos los días a mis compañeros. En pocas palabras, a veces sucedía que yo estaba completamente borracho. Varios días después de cada exceso debía guardar reposo en cama invariablemente. Pero han pasado unos cuatro años desde que abandoné toda bebida alcohólica... cuatro años, con la excepción de una única desviación cuando me ofrecieron usar sidra con la esperanza de revertir un ataque de nervios". Que Poe admitiera esa "única desviación" habla a favor de su honestidad en esta carta.

Existe poca documentación sobre Poe y el alcohol anterior a 1841. Mucha de la que existe sólo procede de recuerdos escritos mucho tiempo después de los hechos que tratan de narrar. Sus inicios en la bebida pudieron ser en 1826, cuando asistió a la universidad de Virginia. Apartado por primera vez del control e influencia paternos, muchos jóvenes cayeron bajo el hechizo de la vida salvaje. La bebida, el juego, e incluso luchas con pistolas fueron problemas frecuentes. Poe no era inmune a tales tentaciones. En 1880, uno de los compañeros de clase de Poe, Thomas Goode Tucker recuerda: " habría agarrado un vaso entero, sin agua o azúcar, y se lo habría echado al coleto de un sólo trago. Esto con frecuencia lo agotaba; pero si no, rara vez volvía a la carga". Debería discutirse cuánto y con qué frecuencia Poe bebía durante la universidad. En 1868 William Wertenbaker dijo: "Con frecuencia le veía en la sala de conferencias y en la biblioteca, pero nunca noté en él la más leve señal de estar bajo la influencia del licor. Entre los profesores tenía la reputación de ser un joven sobrio, tranquilo y ordenado".

Parece que Poe se mantuvo alejado de la bebida tiempo después de dejar la universidad. Cuando dejó el ejército en 1829, se le dieron tres cartas de recomendación. El teniente J. Howard relató: "Sus hábitos eran correctos, y por completo fuera de la bebida". El capitán H. B. Griswold dijo sencillamente que Poe era "ejemplar en su comportamiento" y el teniente coronel W. J. Worth que Poe "parecía estar libre de los malos hábitos". En varios testimonios, Poe comenzó a beber una vez que entró en el West Point. Timothy P. Jones recuerda que Poe "realmente se dio al vicio al poco tiempo de entrar en la escuela". Thomas W. Gibson aporta algunos comentarios contradictorios en 1867: "no creo que se intoxicara estando en la academia, pero ya había adquirido el peligroso hábito de beber de forma constante". Ni Jones ni Gibson son testigos completamente fiables puesto que fueron sometidos a consejo de guerra y despedidos del West Point en 1832, John por negligencia hacia sus deberes militares y académicos, y Gibson por prender fuego a un edificio cercano a los cuarteles. También debe tenerse en cuenta que John relató sus recuerdos en 1903, unos 70 años después de sus días en el West Point.

El siguiente dato de Poe bebiendo transcurre en Baltimore, en 1832. Su amigo Lambert A. Wilmer recuerda en 1866: "En una ocasión, cuando fui a visitarle a su apartamento, me sacó una jarra de una bebida alcohólica procedente de Jamaica, de acuerdo con una práctica muy común en esos días... Poe consumió moderadamente dicho licor; y esa fue la única vez en que le vi tomar bebidas fuertes. En otra ocasión estuve presente cuando su tía, Mrs. Clemm, le regañó  severamente por haber llegado a casa bebido la tarde anterior... deduje de la conversación entre Mrs. Clemm y Poe que la falta por la que le reprendió no era de ninguna manera frecuente, y nunca más escuché que le amonestaran por una situación similar".

La primera referencia segura respecto a que Poe bebiera sucede en Richmond, en 1835. El 8 de septiembre de este año, T. H. White, propietario del Southern Literary Messenger, escribió a Lucian Minor: "Poe es ahora mi empleado... no como editor. Por desgracia está bastante disipado y por lo tanto no puedo confiar mucho en él. Su disposición es agradable. Será de bastante ayuda en la corrección de pruebas, o al menos eso espero..." Poe no cumplió por completo tales esperanzas y White se vio obligado a dejarle marchar unas semanas más tarde. A finales de septiembre, Poe solicitó ser readmitido prometiendo evitar la bebida. En diciembre White volvía a escribir a Lucian Minor: "Poe, siento tener que decírtelo... todavía le da a la botella". El 22 de enero de 1836, Poe escribió a J. P. Kennedy: "Aunque no respondí tu amable carta de advertencia de hace unos meses, ésta tuvo gran influencia sobre mi. Desde entonces he luchado resueltamente contra mis enemigos y me siento muy a gusto y feliz al respecto". Al final de 1836, parece que Poe recayó y White se vio obligado a despedirle. En 1875, R. M. T. Hunter, que había conocido a Poe en la universidad de Virginia, recuerda: "aquí, en Richmond, sus hábitos no eran buenos... Poe era el único hombre en la plantilla de White capaz de hacer ese trabajo, y cuando ocasionalmente bebía estaba incapacitado para hacerlo". El propio Poe admitió sus fallos durante ese tiempo. En una carta que envió a J. E. Snodgrass en abril de 1841, Poe escribe: "...durante un corto período de tiempo, cuando residí en Richmond y dirigía el Messenger, es cierto que cedí a la tentación a la que resistí por el espíritu de convivencia del Southern".

Habiendo dejado Richmond, Poe y su familia se trasladaron a Nueva York, donde compartieron un piso con William Gowans. En 1870 Gowans recuerda: "Durante ocho meses, o más, una casa nos contuvo, una mesa nos alimentó. Durante ese tiempo vi mucho de él... y debo decir que nunca le vi en lo más mínimo afectado por el licor, ni caer en ningún vicio conocido...". El 19 de julio de 1838, Poe escribió a James Kirke Paulding, "La imprudencia no se ha amontonado en mí hasta el hábito... he sido plenamente consciente de la degradación e inmoralidad del curso que he seguido hasta ahora, y he abandonado todos los vicios, y sin dificultad". En 1896, el Dr. Thomas Dunn English recordó haber encontrado a Poe borracho en 1839: "Pasaba por la calle de camino a casa, cuando vi a alguien moviéndose con dificultad en un vano intento por levantarse de la cuneta... Para mayor asombro, me di cuenta de que era Poe. Él me reconoció, y ... ofrecí pasarme a verle a su casa... Tres días después de aquel encuentro visité a Poe (recuerdo que fueron tres porque los siguientes dos días no estuvo en la oficina), y éste se sentía muy avergonzado por el asunto, diciendo que aquello era algo inusual en él, y que no volvería a suceder... Fue varias semanas después que observé otra situación extraña. En aquella ocasión escuché a varias personas decir que se había encontrado a Poe bebido en la calle después del atardecer, y que alguien le ayudó a ir a casa". Debería tenerse en cuenta que, después de 1845, Poe y English fueron enemigos, y que el segundo incidente explicado es un simple rumor.

Entrado enero de 1842, comenzó la larga y grave enfermedad que causaría la prematura muerte de Virginia en 1487. La tensión emocional de su convalecencia, unido a sus intermitentes remisiones y recaídas, condujeron a Poe a accesos de depresión y de excesos en la bebida. "Durante estos ataques de absoluta inconsciencia bebí, y sólo Dios sabe cuánto y con qué frecuencia. Mis enemigos asociaron mis dolencias al alcohol, más que el alcohol a mis dolencias. De hecho, yo ya había casi abandonado cualquier esperanza de cura definitiva, cuando encontré una en la muerte de mi esposa". Esta carta confirma que durante los cinco años transcurridos entre enero de 1842 y enero de 1847 transcurrieron los incidentes más graves en relación a la afición a la bebida de Poe. El 20 de mayo de 1843, Lambert A. Wilmer escribió a John Tomlin: "Edgar A. Poe... se ha convertido en el más extraño de nuestros literatos. Somos viejos amigos, nos conocemos desde la infancia y me aterroriza darme cuenta de las vicisitudes de las que ha sido sujeto. ¡Pobre compañero!... me temo que se encamina a la autodestrucción, moral, física e intelectual". Poe tuvo noticias de esta carta, y escribió enojado a Tomlin el 28 de agosto de 1843. "él (Wilmer) ha estado lanzando calumnias a mis espaldas...".

El 16 de marzo de 1843, Poe escribió a sus amigos F. W. Thomas y Jesse E. Dow: "Por favor expresad mi pesar a Mr Fuller por haber quedado tan mal en su casa, y decidle (si lo consideráis necesario) que no debería haber bebido tanto de su excelente Oporto con el que se acompañó la velada". En abril de 1844 Poe le escribía a Maria Clemm: "Me siento muy bien, y no he bebido ni una gota, así que espero salir del paso". Al Dr. Thomas H. Chivers, Poe le escribía el 29 de agosto de 1845, incluyendo la postdata "no he tocado una gota de las 'cenizas' desde que dejaste Nueva York, y estoy decidido a no tocar ni una gota más lo que me queda de vida". El 22 de julio de 1846, Poe volvió a escribir a Chivers "Aquí tienes algo de lo que creo te alegrarás de saber: ha pasado mucho tiempo desde que algún estímulo artificial ha pasado por mis labios... me he olvidado para siempre de la bebida... cuenta con ello... pero las apariencias engañan".

Alexander Crane, un empleado del Broadway Journal, recuerda a Poe bebiendo en abril de 1845. Poe fue invitado a dar una conferencia, la cual se canceló por el mal tiempo y la escasa participación. La siguiente mañana, Poe acudió a la oficina "colgando del brazo de un amigo, emborrachado con vino". James Russell Lowell dijo haber visitado a Poe a su casa en mayo de 1845 y encontrándole un poco achispado, como si se estuviera recuperando de una borrachera". El comentario de Lowell está verificado en una carta de C. F. Briggs del 16 de julio de 1845. Briggs le escribe a Lowell lo siguiente: "La suegra de Poe me dijo que el día que lo visitaste estaba un poco alegre, y que actuaba de forma extraña, pero no noté nada en él cuando le vi a la mañana siguiente". Briggs añade después: "Iba a recitar un poema [...], pero la borrachera se lo impidió. Creo que no había bebido nada durante más de 18 meses hasta al menos los últimos tres, pero durante éstos no fue raro que alguna persona cargara con él en deplorables condiciones". La última historia parece venir de un artículo impreso por el Dr. English en el Morning Telegraph el 23 de Junio de 1846: "Mr. Poe aceptó una invitación para recitar un poema [...] pero él no pudo escribir el poema, y, como siempre hacía cuando tenía un problema, bebió hasta emborracharse; y permaneció alcoholizado durante toda la semana".

Una desgracia que ocurrió el 16 de octubre de 1845 en el Liceo de Boston pasaría a ser una de las más desgraciadas apariciones públicas de Poe, siendo la comidilla para sus enemigos en la prensa. Poe había aceptado una invitación para leer un poema, entendiendo que se trataría de una pieza original y expresamente escrita para la ocasión. Se le pagaron 50 dólares como honorario. Conforme pasaba el tiempo, Poe se encontró con la presión de la fecha límite, con lo que su musa no aparecía. Incapaz de escribir un nuevo poema, Poe leyó en su lugar "Al Aaraaf", titulado como "La estrella mensajera de Tycho Brahe". En la recepción que hubo a continuación, admitió en privado la humilde naturaleza del poema, como si se tratara de una gran broma dirigida a los snobs del Liceum. La noticia se extendió rápidamente y los Frogpondians (como Poe llamaba a los literati de Boston) no se tomaron muy bien que bromearan a sus expensas. Los periódicos de Boston estaban indignados y no tuvieron reparos en denunciar su actuación. El 15 de noviembre, el New England Wahingtonian añadió una nueva acusación al debate: "Poe debería agachar la cabeza avergonzado ante el pensamiento general de que ese día se presentó ante un público moralista e inteligente ¡borracho!" La desafiante respuesta de Poe a tales ataques no fue muy bien considerado y no le dio mucho crédito: "estamos perfectamente dispuestos a admitir que estábamos borrachos, incluso ante la cara de al menos cien o doscientos Frogpondians (bostonianos) que hubiesen jurado que no lo estábamos... Deberíamos emborracharnos cuando nos apeteciera. Aconsejamos a su vez al director del Jefferson Teetoaler (o lo que sea) que se emborrache también lo antes posible". Poe pudo haber tomado una copa de vino o algo de champagne en la recepción. El hecho de que incluso los comentarios más negativos durante las siguientes semanas no hicieran alusión a que estuviese bebido sugieren que realmente no lo estaba. Sin embargo, una vez que la acusación fue hecha, se hizo indeleble como parte del mito de su alcoholismo, que le acompañaría hasta la tumba.

Aunque Poe no hubiera tomado ninguna gota más de alcohol durante el resto de su vida, probablemente las acusaciones no habrían desaparecido. Lamentablemente, Poe parece que continuó teniendo ocasionales recaídas. Robert D'Unger recuerda que en la primavera de 1846 vio a Poe en Baltimore. "Viendo a Poe dirigirse al 'Bar' y tomarse un gran whiskey (supongo que esa era su bebida favorita)... me formé la opinión de que el poeta había visto en sus tiempos el rostro de muchos camareros..." D'Unger también dijo que en 1847, Poe y William M. Smith visitaron la casa de Mary Nelson con una botella de champagne. Como sucede con otras persona que aportaron recuerdos sobre Poe, la veracidad del comentario de D'unger ha sido puesta en entredicho con frecuencia, aunque no refutada expresamente.

El Dr. English, en respuesta a los comentarios que Poe hizo sobre él en "The Literati", publicó un artículo en el Morning Telegraph en el cual acusaba a Poe de "haber sido culpable de muchas conductas descorteses en un estado de embriaguez..." e incluyó una acusación de falsificación. El artículo de English fue copiado en el New York Mirror y esta batalla literaria se encarnizó. Finalmente, Poe llevó el asunto a los tribunales, aunque demandó al Mirror más que al Dr. English, posiblemente porque el Mirror tenía los bolsillos más grandes. El 17 de febrero de 1847 el caso se hizo oir. El Dr. English había volado a Washington D. C. y la defensa no presentó testigos. Testificando a favor de Poe, Freeman Hunt y Mordecai M. Noah afirmaron que ellos "nunca escucharon nada contra él excepto que ocasionalmente se aficionaba a las borracheras". Poe ganó el caso y fue recompensado con 225 dólares por los perjuicios causados. Poe sintió que se había hecho justicia, pero el comentario de la "afición a las borracheras" fue repetido encarecidamente por Hiram Fuller, uno de los propietarios del Mirror, así que el episodio entero alentó a los enemigos del escritor a hacer más y más representaciones satíricas del mismo.

El 29 de febrero de 1848, Poe escribió a George W. Eveleth: "Me levanto temprano, como moderadamente, no bebo más que agua, y hago regularmente mucho ejercicio al aire libre... las causas que me enloquecieron hasta la bebida ya no existen, y he terminado con la bebida, para siempre". En 1848, Poe visitaba a su prometida, Sarah H. Whitman, después de haber roto su promesa de no beber más. Durante unos pocos meses ella canceló los planes de boda, pero jamás habló mal de él.

El 7 de julio de 1849, Poe escribió a Maria Clemm desde Filadelfia: "Me han enviado a prisión una vez por estar bebido, pero en aquella ocasión no lo estaba. Fue por Virginia". Desde Richmond, Poe escribió de nuevo a Maria Clemm: "Durante más de diez días estuve totalmente trastornado aunque no estaba bebiendo ni una gota; y durante este intervalo imaginé las más terribles calamidades... Todo eran alucinaciones, que tomaban la forma de un ataque que yo jamás había experimentado antes... no he bebido nada desde el viernes por la mañana, y sólo un pequeño vino de Oporto entonces. Si es posible, querida madre, me libraré de esta dificultad por tu bien, tu amado bien. Así que mantén tus esperanzas". Esta confesión ha sido interpretada como un caso de delirium tremens inducido por la abstinencia alcohólica.

A finales de agosto de 1849, Poe fue iniciado en los Hijos de la Templanza, en Richmond. En 1900, W. J. Glenn, antiguo oficial de los Hijos de la Templanza, informaba a James A. Harrison de lo siguiente: "Se afirmó, y pronto esa información circuló rápidamente, que su muerte fue el resultado de una juerga que comenzó tan pronto como él llegó a Baltimore. Nosotros, de la orden de la templanza a la que Poe perteneció, nos esforzamos por atenernos a los hechos, por lo que el consenso fue que no había estado bebiendo, sino que fue drogado". El obispo O. P. Fitzgerald, aseguró que Poe asistió a una fiesta de cumpleaños en Baltimore y, por cortesía, no pudo rechazar el brindis que proponían los anfitriones. Si el alcohol estuvo o no implicado en su muerte ha sido debatido durante mucho tiempo, pero dado que todos los testigos por ambas partes han podido modificar las evidencias, no se pueden sacar conclusiones certeras.

Además de los casos específicos comentados antes, existen comentarios generales sobre la afición de Poe a la bebida, la mayoría procedentes de sus enemigos literarios. Por poner un ejemplo, el Dr. English atacó salvajemente a Poe en una serie de dieciséis capítulos publicada en el New York Mirror, en la que lo convertía en un personaje llamado Hammerhead (cabeza de martillo) al que tachaba de borracho y vicioso. Este incidente, como otros, no sirven para describir los hechos reales y lo único que hacen es reflejar la hostilidad de los escritores.

Esta es, por tanto, parte de la información que se dispone sobre Poe y el alcohol. Si es justo o no tacharle de alcohólico es algo que queda a vuestro juicio.
 
Poe y la absenta

Un nuevo mito se ha añadido a la historia de los problemas de Poe con el alcohol, como por ejemplo el que fue un temprano aficionado a la absenta, un licor verde brillante hecho a partir de ajenjo. Además de su atractivo color, la absenta tiene una alta graduación alcohólica, y contiene un compuesto químico de naturaleza similar al tetrahidrocannabinol. Cuando se empieza a tomar, conduce a un estado de ensoñación alucinógena, algo que sirvió a muchos artistas y literatos en la última mitad del siglo XIX, desde Charles Baudelaire a Oscar Wilde. Su uso abusivo da lugar a peores consecuencias, incluida la locura.

Esta afirmación sobre Poe parece que tuvo acogida a raíz de una publicación de Barnaby Conrad III en su libro Absenta: Historia en una botella. En la página 98, Conrad reproduce una fotografía de Poe y la acompaña con la siguiente reseña: "Edgar Allan Poe, 1848. Poe y su amigo Henry Beck Hirst, un abogado interesado en derechos de autor internacionales y ornitología, visitaba regularmente las oficinas en Filadelfia de John Sartain, un conocido bebedor de absenta. Allí Poe y Hirst aprendieron a beber lo que debería ser una terrible mezcla de brandy y absenta. Después de emborracharse, Hirst, dada su pasión por los pájaros, insistió para que Poe recitase El cuervo. El alcohol condujo a Poe a una muerte prematura, aunque Baudelaire, traductor de Poe al francés, pensó que el alcohol era esencial para sus creaciones: 'una mágica vía que lo transportaba a los espacios encantados de lo irreal'." Por desgracia, en esta elaborada historia sobre Poe no se aporta ni un solo atisbo de documentación o sugerencia de alguna fuente.

Una fuente más probable, al menos indirectamente, es un libro escrito por John Sartain, aunque éste ha sido malinterpretado. En sus Reminiscencias de un hombre muy viejo, Sartain aporta algunos breves, pero detallados acontecimientos de sus encuentros con Poe, incluyendo un extraño episodio en Filadelfia, en el que Poe pide a Sartain que le afeite el bigote para que los hombres que lo perseguían con la intención de dañarle, no pudieran reconocerlo. Aunque no se menciona en ningún punto del texto, es tanto como una alusión a la absenta. Donde la "musa verde" hace su aparición es en el siguiente capítulo, donde Sertain escribe sobre Henry Beck Hirst, a quien Sartain presenta como el "travieso compañero de Poe". Sartain describe una serie de poemas en los que Hirst ayudó en 1852. "Los poemas eran brillantes hasta el cuarto, en el que aparece una ruptura brusca, donde pronto aparecieron signos marcados de una pérdida de facultades. La oficina de Hirst estaba a un tiro de piedra de mi casa en Sansom Street, y él me visitaba dos o tres veces cada día. A veces insistía en llevarme a beber absenta con él, pero sólo tuvo éxito en un par de ocasiones. No quise continuar. Él en cambio siguió, y el final es bien conocido. Cada vez que se marchaba de mi oficina decía "Eau reservoir" con un giro de su mano, y parecía orgulloso de su ocurrencia". Unas páginas más adelante, Sartain continúa: "En su demacrada condición, resultado indudable de su hábito a la absenta, Hirst venía a verme a menudo y se quedaba hasta tarde. Sentado a mi lado pretendía escribir poesía. Ronroneando como un gato y balanceando su cuerpo de un lado a otro, anotaba palabras aquí y allá dejando huecos por rellenar. A veces yo le sugería alguna palabra apropiada, y él decía 'esa es, justo esa'. Presentaba tal deterioro de su estado físico y mental que temía que cayese muerto en mis brazos en cualquier momento."

Aunque la afirmación de que Poe y Hirst eran "traviesos compañeros" sugiere que ambos tenían tendencia a salir a beber juntos, las referencias de Sartain a la absenta se dirigen a Hirst, no a Poe, y todos los datos sugieren una fecha posterior a la muerte de Poe en 1849. Como se ha repetido muchas veces, el uso moderno de la absenta se remonta a 1792, cuando fue inventada o redescubierta por un doctor francés llamado Pierre Ordinaire, pero no empezó a formar parte de la vida nocturna parisina hasta que las tropas francesas comenzaron su regreso tras años de batalla en Algiers. Su uso comenzaba en Estados Unidos cuando Poe estaba a punto de morir, por lo que éste no habría tenido muchas oportunidades de adquirir el hábito. También debe tenerse en cuenta que Poe se había trasladado a Nueva York en 1844, mientras que Hirst y Sartain se quedaron en Filadelfia, reduciendo las posibilidades de relacionarse. En cualquier caso, no hay indicios en los relatos de Sartain de que Poe tuviese una conexión directa con la absenta, y en ausencia de tales evidencias la acusación debería ser descartada,  sin importar lo sugerente que pudiera ser la idea para los fanáticos de la absenta. El nombre de Poe, al fin, puede ser retirado de la sombra de escritores que buscaron inspiración bajo el amargo lecho de la "Hada Verde".

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